Un reto personal.
Es difícil detener la "ADICCIÓN" de las quejas, fuimos creados para culpar a los demás y no a nosotros mismos.
Quejarse es un poco como estar en una mecedora: te mantiene ocupado haciendo algo, pero no te lleva a ninguna parte.
Italo Cillo
¿porque? Queremos ser comprendidos y arrullados por los demás, sentirnos protegidos y parte de un grupo. Pero, ¿por qué esta necesidad? ¿Por qué necesitamos sentirnos victimizados? El hombre tiene una gran necesidad de no sentirse solo, si no se siente desprotegido; sentirse víctima es una manera fácil de sentir el centro de atención, protagonista! Pero, ¿puede el victimismo hacernos mejorar nuestra posición?
La respuesta es no. Cuanto más pensamos que somos pobres, cuanto más creemos en ello, cuanto más lo creemos, más seguros estamos de que la situación no depende de nosotros y defraudamos a otras personas o condicionamos lo que realmente podríamos cambiar.
Sentarse y esperar a que otros nos cambien o nos alejemos de una condición es simple, no significa tomar nota de las responsabilidades de uno, ni tomar medidas, pero ¿por qué no tomar medidas?
¡Tanto que los demás no cambian gracias a nosotros, pero nosotros sí! ¡Podemos crecer y cambiar nuestra condición, después de tomar nota de ello! A veces simplemente no nos damos cuenta de cómo actuamos, a menudo no nos damos cuenta de que para resolver un problema tenemos que asumir la responsabilidad de nosotros mismos y nuestra parte que es quizás mayor de lo que pensamos inicialmente.
En definitiva, el cambio de mentalidad es esencial para un cambio de resultado.
La energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma, moviéndose de una forma a otra: la energía se puede transferir a través de intercambios de calor y trabajo (el primer principio de la termodinámica).
¿Qué son los intercambios de calor en este caso? Nuestra energía interna. ¿Qué pasa con el trabajo? El trabajo sobre ti mismo.
1) ¿Cómo podemos cambiar nuestra energía interna? 2) ¿Cómo podemos trabajar en nosotros mismos?
1) Con Reiki, por ejemplo, o con terapias energéticas como Qi Gong o Yoga o Pilates, etc. 2) Con la terapia psicocorporal y la ayuda de pruebas kinesiológicas el trabajo sobre uno mismo se vuelve directo, armonioso y verdaderamente personalizado; porque lo que mi cuerpo me dice no es lo que el cuerpo de otra persona me comunica habiendo tenido la misma reacción física.
Todos somos seres especiales y como tal debemos ser seguidos personalmente.