El atleta nos contó sus últimas experiencias en su camino hacia el logro de sus objetivos (para comprender mejor las leyes del artículo 1 y el artículo 2).
"Durante las últimas sesiones de actividad deportiva me di cuenta de la gran efectividad de las dos sesiones de kinesiología, noté cómo la mente trabajaba mucho menos en contra de lograr la meta que me había fijado, de hecho era casi capaz de pellizcarse y dejarme hacer el gesto de forma natural y dejarme vivir cada momento centrado en la respiración y el presente".
El objetivo final aún no se ha logrado, pero el atleta se ha dado cuenta del gran progreso que su mente ha experimentado.
Nada era como antes, ahora la cabeza se concentraba paso a paso. Obviamente el éxito en la actividad deportiva está ligado a ambos factores: cuerpo y mente, entrenamiento mental y físico.
¿Alguna vez has pensado en acompañar tu entrenamiento físico a un gran trabajo de cabeza que obviamente además de ayudarte a nivel deportivo definitivamente te ayudará en la vida diaria, trabajando en nuestras carencias emocionales y de cabeza, cómo se asegura el éxito físico?
En definitiva, la propuesta es la siguiente: por qué no tomar el deporte y los objetivos deportivos como una motivación extra para crecer tanto como persona como, por supuesto, como deportista, a veces las emociones que sentimos haciendo deporte o compitiendo son tan fuertes que parecen imposibles de gestionar, a veces nuestra mente nos pilota hacia la pérdida, hacia el fracaso, hacia el pesimismo; pero si cambiar la forma en que crees que es posible, ¿por qué no empezar a hacerlo hoy?
¿Por qué no aprovechar la motivación deportiva para crecer?
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